sábado, 4 de noviembre de 2006

El clima está fresco (pa' chomba)

Después de una maratónica sesión ayer a la noche-madrugada para subir algo que leer al blog, hoy salí temprano (bueno, casi) a dar una vuelta por ahí. Visita número uno: la Cité Internationale Universitaire de Paris (sí, hace un mes que estoy acá y todavía no la había recorrido). El lugar es realmente grande, con casi 40 maisons para estudiantes/investigadores de todo el mundo, de las cuales la casa de la Fundación Argentina es una de las más antigüas (1928). Yo vivo en el segundo piso del petit pavillon (el edificio chico de los dos de techo rojo). Lo más interesante de la cité es la arquitectura que, según dice por ahí, es una muestra de lo mejor del siglo XX (aunque los mejores edificios tienen un estilo a tono con el S. XIX imperante en el resto de Paris).
A la tarde, salida a caminar por el Bois de Boulogne (bosque de Boulogne), uno de los pulmones verdes de la ciudad. Como fui un poco tarde y anduve a las corridas, no pude recorrerlo mucho, pero parece un buen lugar para salir a dar una vuelta. Es un inmenso parque de robles, cipreses, castaños, etc. (lo de bosque me parece demasiado, aunque está en proceso de restauración), bastante cerrado y agreste en algunas partes, con arroyitos y el infaltable lago. Se puede recorrer a pie, en bici, patines, a caballo (¿?)... Justo al sur, para los interesados, está Roland Garros, pero lo único abierto es el museo, no se puede ir a visitar las canchas.

El Louvre, gratis

Después de un día de teórico (los equipos en el laboratorio están ocupados), nada mejor que aprovechar la gratuidad del Louvre para menores de 26 (los viernes después de las 18 hs). Como el museo cierra alrededor de las 21:30, son más de tres horas para recorrer. En muchos museos eso bastaría, acá se queda largamente corto. Es enorme!! Digamos que en una tarde alcancé a visitar dos de las tres plantas de una de las tres secciones del edificio... (van a hacer falta varios viernes :-) ). En todo caso, vale la pena. Hoy anduve por el ala Richelieu, básicamente dedicada al arte francés del S. XI en adelante. Además de las obras expuestas, el edificio en sí es algo que por sí solo merece la visita: en este caso destacan los Cours Marly y Puget (los dos grandes patios internos del ala), y los appartements Napoléon III, arreglados con toda la fastuosidad de la corte del siglo XIX. Además, dos escaleras espectaculares: Escalier du Ministre, a tono con los apartamentos, y una inmensa escalera de tres pisos en piedra (Escalier Lefuel). En cuanto a las obras, son muy buenas las esculturas del renacimiento francés (S. XVII y XVIII), tienen un realismo que asombra en mármol, arcilla o bronce. Muchas merecen la visita, pero para elegir una me quedo con "Captifs" (bronce del 1685). Y entre las pocas pinturas que pude ver antes de que me invitaran a retirarme, "Fruits et riche vaisselle sur une table" (Flandres, 1640).

Al final siempre se empieza

Bueno, bienvenidos. El lector atento a los detalles se dará cuenta que entre la creación de este blog y el primer post median cerca de tres semanas. La simple razón es que estuve casi dos semanas y media en Córcega, dónde sólo chequear los mails era ya una odisea (ni hablar de sentarse a escribir). Pero ya vamos a llegar a eso, por ahora empecemos por el final, que es por donde corresponde...